La irrupción de la gamificación como un modelo pedagógico emergente adquiere un especial interés debido a los efectos positivos que puede provocar en nuestro alumnado. Así, Blázquez y Flores (2020) sintetizan algunos de los beneficios hasta ahora encontrados en la gamificación: a) aumento de la alegría, la diversión y la satisfacción personal; b) descenso del miedo y la ansiedad ante el fracaso; c) incremento de la motivación intrínseca hacia la asignatura; d) mejora del grado de compromiso e implicación; e) mejora de las relaciones grupales y la cohesión; y f) aumento del aprendizaje; entre otros. Por lo tanto, el proyecto “los juegos de la inclusión” pretende ofrecer a los centros participantes la posibilidad de cooperar con docentes y alumnado de otros centros educativos con los que diseñar e implementar experiencias gamificadas inclusivas. Para ello, a lo largo del proyecto se abordarán los siguientes aspectos:
● Intercambiar experiencias sobre la gamificación.
● Jugar a muchos juegos de todo tipo (de mesa, de cartas, de estrategia, deportivos, etc.) en busca de
nuevas dinámicas y mecánicas inspiradoras de nuevos planteamientos gamificados.
● Iniciarse con planteamientos simples como son las microgamificaciones.
● Realizar un diseño basado en experiencias anteriores.
● Tener cuidado con las recompensas para no desarrollar en exceso la motivación extrínseca.
● Ofrecer retroalimentación constante.
● Intentar desarrollar un clima de aula orientado hacia la maestría que promueva la diversión.